Puros dolores de cabeza, historias, recuerdos, ideas, rabias, malos ratos, moretones y chichones, correazos, maltratos de Papi, Mami, familia, amigos y enemigos que se hicieron canción... Historias de niños maltratados... como TU... Alteregos de la infancia, caricaturas con dolor... Una obra de Rock con sabor a simpleza, una obra con actitud rockera... Para que te explote la cabeza.
¿Quién ha tenido una infancia sin transitar por la experiencia de un correazo o un chichón? Te parece familiar la sentencia: ¡¿tu tienes ganas de llorar?! ¡Pues llora..!
Si de repente están fluyendo imágenes de cuando eras chiquito, no es pura casualidad. LAS CARGAS se encargaran de que tengas una regresión a los escenarios comunes de esa etapa muy particular, en la que predomina una lucha interior. Ahora imaginemos que a estos pequeños infelices le llueven los golpes al ritmo de la barita que pica, que sus madres y abuelitas guardaban con ansiedad en el gabinete en espera del primer acto de malacrianza. ¿Cómo se sentirán estos niños en la era digital, donde predomina la cibernética y los famosos video juegos, ¿y ellos jugando con un caballito de palo?
Es de esperarse que ante tanta adversidad, en una época donde la competencia entre niños es la orden del día, los menos aventajados tomen represarias ante tanta carga psicológica.
Con una estructura cronológica, LAS CARGAS, a través de la música punk, dejan evidenciado en sus líricas los efectos de los traumas, que van desde los regaños al son de los azotes, hasta la transición de rebeldía que lleva a sus últimas consecuencias, la formación de estos personajes. La sátira es el matiz que impera en toda la construcción teatral de esta banda representada por varios músicos de la escena en Puerto Rico: Omar Alicea (Ex-Vialterna y Yeva), Omar Hernandez (Sol D’ Menta), Ricardo Domínguez (RAD) y Ray Christian Rodriguez (RAD). De hecho, Ricardo Domínguez aprovecha para despojarse de algunas de sus cargas interpretando un tema que canto junto a su familia (Katraska) para finales de los 80 cuando todavía era un niño y que lo ha perseguido toda su vida (Caballito de palo; tema escrito por Omar Alfano), el cual es adoptado por el estilo peculiar de LAS CARGAS.
¡Sólo resta hacer los cuernos con las manos y seguir hedbanguiando al ritmo de la tragicomedia de LAS CARGAS...!
¿Quién ha tenido una infancia sin transitar por la experiencia de un correazo o un chichón? Te parece familiar la sentencia: ¡¿tu tienes ganas de llorar?! ¡Pues llora..!
Si de repente están fluyendo imágenes de cuando eras chiquito, no es pura casualidad. LAS CARGAS se encargaran de que tengas una regresión a los escenarios comunes de esa etapa muy particular, en la que predomina una lucha interior. Ahora imaginemos que a estos pequeños infelices le llueven los golpes al ritmo de la barita que pica, que sus madres y abuelitas guardaban con ansiedad en el gabinete en espera del primer acto de malacrianza. ¿Cómo se sentirán estos niños en la era digital, donde predomina la cibernética y los famosos video juegos, ¿y ellos jugando con un caballito de palo?
Es de esperarse que ante tanta adversidad, en una época donde la competencia entre niños es la orden del día, los menos aventajados tomen represarias ante tanta carga psicológica.
Con una estructura cronológica, LAS CARGAS, a través de la música punk, dejan evidenciado en sus líricas los efectos de los traumas, que van desde los regaños al son de los azotes, hasta la transición de rebeldía que lleva a sus últimas consecuencias, la formación de estos personajes. La sátira es el matiz que impera en toda la construcción teatral de esta banda representada por varios músicos de la escena en Puerto Rico: Omar Alicea (Ex-Vialterna y Yeva), Omar Hernandez (Sol D’ Menta), Ricardo Domínguez (RAD) y Ray Christian Rodriguez (RAD). De hecho, Ricardo Domínguez aprovecha para despojarse de algunas de sus cargas interpretando un tema que canto junto a su familia (Katraska) para finales de los 80 cuando todavía era un niño y que lo ha perseguido toda su vida (Caballito de palo; tema escrito por Omar Alfano), el cual es adoptado por el estilo peculiar de LAS CARGAS.
¡Sólo resta hacer los cuernos con las manos y seguir hedbanguiando al ritmo de la tragicomedia de LAS CARGAS...!
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